jueves, 10 de abril de 2014



Confidencias...

Este es el tiempo exacto para observar las cosas desde lejos,
con serenidad. Y acercarse a ellas.
Tomé la cara de la noche entre mis manos,
retiré de su rostro un mechón de bruma,
acaricié su frente ... y hablamos.
Hablamos hasta que sentí estremecerse a los álamos
de enfrente con un susurro de balada...

(¿Nos habrán escuchado?)  




Quisiera...

... atravesar el resplandor lunar del campo
y llevar mi cansancio a la orilla de un río,
quedarme mirando la tranquila frescura
del agua, que a esa hora tendría
el color adamascado de un abril lejano.
Imaginar el sonido de un oboe llegando
con su hilo de música hasta el centro mismo
de ese tono impalpable.

Oboe y cielo.
Atardecer y río
juntando su sed bajo los puentes.
Ya no tengo mirada, se ha ido.
Soy mujer que mira su mirar, 
espectadora de mí, se va 
como si fuera la última vez.
No habrá cómo volver a recuperarla.
………………………………………….

 Sólo puedo anclar en el silencio,
en la oscura intimidad de la casa...



jueves, 26 de septiembre de 2013

Brevedades...


Brevedades...

Sueños       
  La noche camina por los sueños de los hombres,
en puntillas, desconcertada...
Los ve entremezclados, cada uno atento
a la mente que lo busca.

Una mujer había que no podía soñar.

La noche eligió tenderse a su lado
abrigarla. Y esperar.

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La mujer sin sombra.

Ella  reparte cada mañana a torcazas y gorriones
en migassu corazón de pan.
Ellos devolvieron ese amor comiendo de su sombra.

Un día, ella desapareció. 


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Cisuras

El espejo cae de mi mano. La cisura del cristal rompe la imagen.
Observo...
          hay un ojo aquí
                            que multiplica lo que veo,
otro, partido, que en el espejo no ve.
Pero sabe lo que siento.
¿Habrá descubierto el secreto?

Soy varias
                  en un espejo quebrado.




Validar estrellas...



Validar estrellas...

 Las flores nacen y marchitan. Se van 
 como un reguero de colores cielo arriba. 
 Las que olvidé mirar están perdidas.
 Perdido mi tiempo en estación umbría.

Pero hoy aspiro el aire nuevo
y un manojo de aromas me regala 
el código secreto que permite
llegar al umbral de lo perdones.

Si quiere regresar mi oscura lente, le diré:
– Ven mañana.
Si insiste en hacerme cómplice
de su vigilia estéril, puedo pedirle:
– No me toques.
Tú no sabes cuánto
deseo poblar el alba de esperanza.

Por eso es que no quiero demorarme,
he resuelto edificar sobre silencios
y salgo a proponerle a esta noche
mi perfume, mi beso innumerable,
debo germinar en sueños nuevos.
Validar estrellas que aún esperan

hacer constelaciones en mi cuerpo.

Monólogo del gato con la luna





 Monólogo del gato con la luna

Vine porque te vi en el agua recostada
 del río; dime;
 –¿Tienes miedo de las sombras?...
mira que se puede vivir un día a plena noche
y una noche a pleno sol...
Tú no pongas a dormir tus sueños,
pueden olvidarse despertar... 
lo sé, me ha pasado, por eso te acompaño.
–De vez en cuando aullaré, no te sorprendas
sólo para que sepas que estoy porque,
por sobre todo este silencio
no es fácil saber cuándo es cierto
que vive, todo aquello que aparenta vida...



Los recuerdos...



Los recuerdos… 

Los recuerdos son a veces
como torpes gigantes,
avanzan pisoteando flores
y sonríen.  Me miran
con candoroso amor...
Les pregunto /
dónde están mis sueños.
Me dicen que no saben.


No me llevo bien con los gigantes.