jueves, 10 de abril de 2014



Confidencias...

Este es el tiempo exacto para observar las cosas desde lejos,
con serenidad. Y acercarse a ellas.
Tomé la cara de la noche entre mis manos,
retiré de su rostro un mechón de bruma,
acaricié su frente ... y hablamos.
Hablamos hasta que sentí estremecerse a los álamos
de enfrente con un susurro de balada...

(¿Nos habrán escuchado?)  


No hay comentarios:

Publicar un comentario