Ilustró: Mirta E. Larcher -Coronda - Argentina
Darse
Ella reparte cada mañana a torcazas y gorriones
--en migas--
su corazón de pan.
Mutación
La mañana, con un sol a pleno, da una cierta ilusión de absoluto.
Todo debería ser así hasta que la voluntad del ángel
decidiera lo contrario... Pero el ángel probó el día del hombre.
Hay un hombre que firma documentos con rúbrica de alas
y un ángel que camina con su máscara,
le complace escuchar el rumor de sus pasos
y está pensando enamorarse del sonido de la fuente
que tímidamente le regala la palabra agua .
Espanto
Cuando la noche se iba, su vestido se enredó
en el filo de la luz primera.
Su latido de pánico alcanzó mi corazón.
ANGEL CIEGO
Mi espalda, esa desconocida
que necesita dos espejos para ser
expectante, acecha...
Desde su geografía misteriosa
como un barco encallado
en lo oscuro
responde a mis gestos
que la piensan.
Abandonado mascarón de proa
la presiento
con un largo y herido silencio.
Siempre atenta y sigilosa
como un ángel ciego.
Ilustró: Mirta E. Larcher -Coronda - Argentina
Sin salida
Hay que subir
escalando las espinas del día.
Oigo la lluvia caer como sedosa tela.
Espesura de sonidos...
bálsamo momentáneo.
Cesa
y no queda más
que la escalera de espinas.
Tormenta
La tormenta viene a pasos presurosos...
El viento cerró una ventana donde alguien cantaba.
Saco a la lluvia las plantas, los helechos
para que calmen su sed de cielo.
Para que después entiendan,
cuando les hable de mí.
Memorial
El espejo y yo nos miramos.
Desde él veo el tiempo
que va dejando suavemente
rastros de lo que se va,
despliega su tenue memorial :
vida temblorosa con paisajes
abiertos bajo el sol, protegiendo
sueños con piadosa luz.
Allí,
entré en las palabras como en un escondite.
Junté la sed...
Toda mi sed formó un río sin orillas.
Se despliega el memorial y hace
una melodía con los nombres
de los días --de mis perdidos días-
Ahora en el espejo no reconozco
esa mujer.
Tiene otra mirada.
Y me cuenta que el río sin orillas
es apenas estiaje.
miryamseia@cablenet.com.ar
Cisuras
La cisura del cristal rompe la imagen.
Observo...
hay un ojo aquí
que multiplica lo que veo,
otro,
partido, que en el espejo no ve.
Pero sabe lo que siento.
Soy varias
en un espejo quebrado.
Alumbramiento
La luna se ahuecó, se hizo
regazo para contenerme…
…nana-luna-una-pena-quema-como-ausencia
noche-luna, regazo maternal
para mi sueño,
como en medio de la jungla
casi sin dolor
tu y yo
damos a luz
solas.
miryamseia@cablenet.com.ar
Sueños...
La noche camina por los sueños de los hombres,
en puntillas, desconcertada...
Los ve entremezclados, cada uno atento
a la mente que lo busca.
Una mujer había que no podía soñar.
La noche eligió tenderse a su lado
abrigarla. Y esperar.
miryamseia@cablenet.com.ar
Foto Carmen R. de DALL'Aglio
PRESENCIA DE ABRIL
Las hojas nunca repiten el otoño.Se renueva la experiencia de caer silenciosas
sobre su asombro y el mío.
No parece cierto que antes haya sucedido,
será que hoy descubro
en cada árbol un sol encendido
que se inmola con la serena postura
de alguien que ha llegado a destino.
No hay palabras que describan
estas calles que caminamos juntos.
Están maduras de esperas, mullidas, rojizas...
Desmenuzo los recuerdos hasta hacerlos
polvo dorado sobre el alma en armonía.
Las hojas nunca repiten el otoño.
Lo hacen nuevo cada vez, como
si nunca antes hubiera sucedido.
Y yo no sé con qué palabras
hacerlo como ellas...
Acaso sean necesarios otra vez
nuestros pasos en la calle atardecida.
Darse
Ella reparte cada mañana a torcazas y gorriones
--en migas--
su corazón de pan.
Mutación
La mañana, con un sol a pleno, da una cierta ilusión de absoluto.
Todo debería ser así hasta que la voluntad del ángel
decidiera lo contrario... Pero el ángel probó el día del hombre.
Hay un hombre que firma documentos con rúbrica de alas
y un ángel que camina con su máscara,
le complace escuchar el rumor de sus pasos
y está pensando enamorarse del sonido de la fuente
que tímidamente le regala la palabra agua .
Espanto
Cuando la noche se iba, su vestido se enredó
en el filo de la luz primera.
Su latido de pánico alcanzó mi corazón.
ANGEL CIEGO
Mi espalda, esa desconocida
que necesita dos espejos para ser
expectante, acecha...
Desde su geografía misteriosa
como un barco encallado
en lo oscuro
responde a mis gestos
que la piensan.
Abandonado mascarón de proa
la presiento
con un largo y herido silencio.
Siempre atenta y sigilosa
como un ángel ciego.
Ilustró: Mirta E. Larcher -Coronda - Argentina
Sin salida
Hay que subir
escalando las espinas del día.
Oigo la lluvia caer como sedosa tela.
Espesura de sonidos...
bálsamo momentáneo.
Cesa
y no queda más
que la escalera de espinas.
Tormenta
La tormenta viene a pasos presurosos...
El viento cerró una ventana donde alguien cantaba.
Saco a la lluvia las plantas, los helechos
para que calmen su sed de cielo.
Para que después entiendan,
cuando les hable de mí.
Memorial
El espejo y yo nos miramos.
Desde él veo el tiempo
que va dejando suavemente
rastros de lo que se va,
despliega su tenue memorial :
vida temblorosa con paisajes
abiertos bajo el sol, protegiendo
sueños con piadosa luz.
Allí,
entré en las palabras como en un escondite.
Junté la sed...
Toda mi sed formó un río sin orillas.
Se despliega el memorial y hace
una melodía con los nombres
de los días --de mis perdidos días-
Ahora en el espejo no reconozco
esa mujer.
Tiene otra mirada.
Y me cuenta que el río sin orillas
es apenas estiaje.
miryamseia@cablenet.com.ar
Cisuras
La cisura del cristal rompe la imagen.
Observo...
hay un ojo aquí
que multiplica lo que veo,
otro,
partido, que en el espejo no ve.
Pero sabe lo que siento.
Soy varias
en un espejo quebrado.
Alumbramiento
La luna se ahuecó, se hizo
regazo para contenerme…
…nana-luna-una-pena-quema-como-ausencia
noche-luna, regazo maternal
para mi sueño,
como en medio de la jungla
casi sin dolor
tu y yo
damos a luz
solas.
miryamseia@cablenet.com.ar
Sueños...
La noche camina por los sueños de los hombres,
en puntillas, desconcertada...
Los ve entremezclados, cada uno atento
a la mente que lo busca.
Una mujer había que no podía soñar.
La noche eligió tenderse a su lado
abrigarla. Y esperar.
miryamseia@cablenet.com.ar
Foto Carmen R. de DALL'Aglio
PRESENCIA DE ABRIL
Las hojas nunca repiten el otoño.Se renueva la experiencia de caer silenciosas
sobre su asombro y el mío.
No parece cierto que antes haya sucedido,
será que hoy descubro
en cada árbol un sol encendido
que se inmola con la serena postura
de alguien que ha llegado a destino.
No hay palabras que describan
estas calles que caminamos juntos.
Están maduras de esperas, mullidas, rojizas...
Desmenuzo los recuerdos hasta hacerlos
polvo dorado sobre el alma en armonía.
Las hojas nunca repiten el otoño.
Lo hacen nuevo cada vez, como
si nunca antes hubiera sucedido.
Y yo no sé con qué palabras
hacerlo como ellas...
Acaso sean necesarios otra vez
nuestros pasos en la calle atardecida.
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