Dios preguntó a Caín: "¿Dónde está tu hermano?"
Y la respuesta de Caín fue asesina:
"¿Acaso yo soy guardián de mi hermano?"
Temo haber sido Caín
cuando vendí la materia
con que construía la nostalgia.
O cuando maté mi parecer
muchas veces para decir que sí.
Pero, si desde la infancia
lo veo
a la inversa,
soy Abel.
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