Algo volátil y errabundo
ha tocado esta noche mi frente
como un pequeño fantasma que reclama
su suerte.
El pensamiento, de mí se desprende,
toma forma concreta y se resuelve.
Desanda las horas del día
y acude a una cita conmigo.
Pero sucede –a menudo me sucede–
que me pierdo en el trajín opaco,en las urgencias aparentes,
y olvido la alondra voladora
que espera inaugurado aire
para probar su vuelo.
Algo volátil y errabundo
ha tocado mi frente.
Me reclama. Me busca.
Soy mi propio fantasma,
como un pájaro perdido
y no me encuentro...