jueves, 22 de septiembre de 2011

Fotografía: Carmen Riera de Dall'Aglio




Filo

Sufre la piel del aire los domingos
hacia el crepúsculo
cuando el filo de la oscuridad
desgarra el cielo.
En ese momento alguien precipita sombras
como ecos multiplicados.

Un entramado de almas fugan
del filo de la oscuridad,
de su corte que amenaza
y no termina de matar...

Nos guarda para siete días más,
cuando otro domingo sucede,
pasa, desciende.

Y el dolor –esa abstracción–
es un latido que permanece.

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