Cuando callo
Hay momentos en que
mi boca se cierra, castigada
por silencios.
Es cuando en mis ojos duelen
las palabras. Callo
pero grito en la mirada
Tú —mejor que nadie—
lo comprendes. Y mudas
con ternura indescifrable
el orden alterado
de la pena que socava.
Me devuelves el habla,
Le das serenidad
a mi mirada.
Y fluyo como un río de montaña
con las aguas desheladas...
AZUL
Duele la noche de tan hermosa.
El habitual reloj marca una hora
que no creo.
No pueden ser las veinte, en junio
con un cielo así de claro.
Como un líquido frío
que rompe las compuertas
para volcar en mi patio
la noche entera
distintamente azul.
El milagro está allí
para verlo, sentirlo,
incorporarlo...
Solemos no darnos cuenta
y negarnos los milagros.
Hoy ocurre.
De noche,
y es azul...
Sigilo
Voy a atrapar el silencio
de esta noche sin ecos. Solamente
míos los umbrales de humo.
El frescor de las sombras sin dueño
me invita; su sabor ignorado
calma toda la sed. Suavemente
la gusto en su cáliz de ojiva.
Nada turba el andar demorado
de vigilia en sigilo.
Armo un lazo y lo tiendo. Dueña
ya de las calles desiertas, del viejo
campanario que duerme cansado.
Nada existe despierto.
Dueña soy del silencio;
si algo resiste,
le miento.
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